No es el gesto el que
ordena el mundo visto
es lo inevitable el asesino
del caos del origen
del desorden del tiempo
no es gritar ni golpear
ni plegaria ni desdén
es estar aquí para ser
positivamente
No es el gesto el que
ordena el mundo visto
es lo inevitable el asesino
del caos del origen
del desorden del tiempo
no es gritar ni golpear
ni plegaria ni desdén
es estar aquí para ser
positivamente
En cada provincia afinca
el suave espacio del ser
para que nadie que llegue
vea que algo se expande
en el interior del habla o
en los sueños de esperar
la unidad que los contenga
pero igual los abraza en
pequeño ahogo del saludo
que llega
De dos en dos va
el anciano asunto
de ver el cielo
en cada minuto
de espera atenta o
silencio cierto
para que nadie
juegue a los dados
con lo que no
tiene a mano pero
escuche el color
del acierto que es
matemático
uno el silencio después de todo el amor
dos el tiempo que pasa lento la vida
tres la lluvia sobre la tierra la infancia
cuatro esos ojos iluminando el mundo el amor
cinco el gol hecho sin pensar la vida
seis un timbre de niño que suena la infancia
siete la boca te recorre hondo el amor
ocho la presencia eterna del origen la vida
nueve las arrugan sonrientes del amor la infancia
diez vital infancia del amor
Buscarles pleitos al juiciopara encontrar la medidaque justa encaje la seriede hechos que vienen y vanenrostrando una experienciaque a fuerza de compartirsemedie entre el afueray todo lo que se sientebuscar y rebuscar hastaperder la razóndel poema
El eco en el salón repleto
apagaba el altar de las cosas
iluminando el interior como
plegaria que se oye de cerquita
el eco en el pecho lleno
duplicaba un latido de queja
al llamado de la gran ausente
de todo lo que falta pero está
el eco no es reloj
pero parece serio
al tiempo que
el tiempo no pasa
nunca