No tenga miedo del vaivén
agarre la mano que pueda
apretando tan fuerte que duela
hamaque los miembros
de a uno hasta que duerman
tampoco tenga miedo del desdén
tomado de esos dedos dislocados
que locos serpentean pendulando
en el silencio solemne del lugar
no tenga miedo del vaivén
vaya
venga
agarre la mano
que pueda
No es el sueño
esta mañana no
es el hueco de la mano
un viento alado
esta mañana
te despierta el viento
helado hasta el dolor
te sacudís al despertar
sin sueño esta mañana
sintiendo un viento al lado
sin abrir los ojos
Interpretar cada uno de los pasos
para que no sorprenda
el silencio del eco del vuelo
del que se va para volver
acariciar el perfume ausente
que alumbra como hervor helado
en ningún campo de batalla
adorar tanto la paz
hasta oxidar las armas
que decoran sin brillar
calma el tiempo florecido
como espera de luz
Entretejer los hilos de la acción
para que el trazo de la violencia
sea viento que todo ensancha
sin dejar de doler donde debe
sin olvidar que el amor
anuda la vida en relato
siendo ficción como todo
lo que tanto vale
qué importa si transpira
quien vive la luz