No tengo el gato en la cabeza
que me dicte seráfico su voz
pero sí la torpeza de tropezar
una y otra vez con los términos
y que ese tartamudeo infértil
me regale inútil un contacto
no pesa esa tragedia sino el frío
de saber que no se entiende
en la ignorancia en el silencio
que se desprende del vaivén
después de tanta rosca
o piedra angulosa que rasca
no soy un comprometido de aquellos
pero también peleo por la paz de hoy
aun pateando palabras
también se dice basta
basta
No hay comentarios:
Publicar un comentario